A veces me deprimo, y me gustaría ser entonces esa mujer que siempre soñaste, llegar y abrazar tu cuerpo por mí deseado. Ese mágico instante que dura nada y todo al mismo tiempo.
Me gustaría ser alguien que mira pasar el día tranquila por el balcón, con un cigarrillo en una mano y un mate en la otra.
Quisiera olvidar el pasado y construir el presente con caricias y besos.
Todavía no pude saber hasta dónde me arrastran los impulsos, hasta dónde me llevan los deseos...
Estoy cansada de tener compromisos y esperanzas, sólo esperanzas y de que tu ausencia sea un nudo en mi garganta y una piedra en mi alma.
No hay mayor desolación que encontrarse de noche sola y sin nadie que pregunte cómo estoy...