sábado, 2 de mayo de 2009


A las tres de la mañana, él le dejó la carta y se marchó.

Creyendo que dormía, despacio cerró la puerta y la dejó.
Ella corrió hasta la ventana para así poder mirarlo por última vez, lo amaba tanto que... en silencio lo dejó partir.
En punto a las estrellas la dejó por otro amor.

Entre las sábanas, gota a gota, ella se desangró.

En el cuarto semioscuro, con sus lagrimas mojó la carta del adiós.
Se quedó dormida y ya no despertó.

Se murió de amor...

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