lunes, 23 de noviembre de 2009

Presencia ausente


Desaparezco porque fui para vos un holograma, una figurita intercambiable y fácil de conseguir.
El camino está lleno de piedras que son esos momentos que creí nuestros. No me dejan caminar, no me dejan respirar.
Aunque no estás al lado mío, tu presencia me ahoga, esta presencia ficticia y esta distancia inmensa... Quisiera poder tener un beso tuyo, aunque sea el último, para guardarlo y tomarlo cuando lo necesite en el futuro.
Extraño abrazarte al dormirme, tocarte con mi mano izquierda al despertarme, darte un beso después de hacer el amor, acariciarte el pelo...
Es tan grande el extrañamiento que mi alma está destrozada y no le encuentra sentido a su existencia. Mis manos tiemblan sosteniendo tu recuerdo, agarrándolo fuerte porque la debilidad de la memoria lo desvanece de a poco. Mi pecho tiene miedo de que el corazón no quiera seguir latiendo y en mis oídos hay un constante ruido, agudo y grave al mismo tiempo, agudo como el desamor y grave como tu ausencia.
Tengo una caja donde guardo todos los "te amo" que no te dije por miedo. Mi cama está llena de vacíos y mi placard de preguntas sin respuesta.
En cada rincón de mi casa dejé un poco de todo lo que te esperé acompañado por la desesperanza y el sinsentido de esa espera. Y también llevo conmigo un poco de paciencia para seguir esperándote todos los días que quedan de mi vida...
¡Cuánto lugar estás ocupando sin estar!

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