viernes, 6 de noviembre de 2009

Tu sonrisa, que siempre me hacía tan bien, creo que hoy me duele...


Tratando de aprender lo inexplicable en el medio nosotros, más cerca del final que de querernos, desnudos en el medio del invierno sin saber nada del otro.

El futuro prometido es un pasado sin rencor y yo me quejo del pasado por vivir anestesiada,
y me quejo del presente que se esconde en el apuro, y me cago en el futuro porque allá espera la muerte, y me quejo de mi suerte malgastada por boluda, andá a saber si fue tu culpa o fue mi culpa...

Se acabaron las preguntas. Yo sin saber lo que vendías fui tu cliente. ¡Qué pena que nos hayamos conocido de esta manera! Mirá qué tarde están llegando las sirenas a nuestra humareda.

Todo se incendia, todo ya se quemó. Y vos seguís sonriendo en el cartel sin enterarte de todo este desastre.

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