lunes, 30 de noviembre de 2009

Recuento de actividades


Fumando en ayunas, llorando a escondidas. El que amo, me olvidó. Jugó a amar. Gotas de soledad en la ventana.
Me escudo con el silencio para no decir de mi dolor.
Mis tardes mueren en el sinsentido coleccionando tristezas.
Me enamoré del dolor que me causaba él y que me causa el hecho de que ya no me lo cause.
El dolor me encerró en esta cárcel de desgarramiento y tiró las llaves al océano.
Extraño fracasar al intentar sacarle un poco de amor para mí y mi cama lo extraña.
Ante mis ojos, el inventario de recuerdos “nuestros”.
Leo la carta que le escribí y no le dí por miedo. Soy el puente entre la realidad de la inexistencia de amor y la fantasía del anhelo de que me ame.
Viven en mí sus besos y en mi cuerpo el roce de sus manos.
La urgencia de que amanezca para dejar de verlo en la oscuridad de mi vida.

domingo, 29 de noviembre de 2009

TE QUIERO...


Te quiero cuando reís y cuando llorás.
Te quiero cuando estás y cuando te vas.
Te quiero cuando dormís y cuando despertás.
Te quiero cuando me salvás y cuando me matás.
Te quiero cuando me llevás y cuando me dejás.
Te quiero cuando me abrazás y cuando me evitás.
Te quiero con alegría y con tristeza.
Te quiero con fuerza y con debilidad.
Te quiero con pasión y con resignación.
Te quiero con lo que me das y con lo que me quitás.
Te quiero en lo que es y en lo que no será.
Te quiero porque sí, sin motivo, sin razón.
Te quiero cuando le das vida a mi corazón y cuando lo matás también.
Te quiero hoy, te quise ayer y mañana te querré.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Rocio Velez de Piedrahita escribió... La escritura del sueño y la locura...



…Ese estado amorfo que no puede describir con palabras, creado por la imposibilidad de hacer lo que se propone; así la realidad pasa a ser gris, que es un color sin emoción.
Otro sueño de Celina tiene una clara connotación sexual, y consiste en que ella emprende un viaje en tren en el que se interesa por un señor que viaja al frente suyo, a quien trata de involucrar en una conversación seria, pero el señor parece no verla. Personas de su familia que viajan con ella le entregan unas serpientes que rozan su cara con la punta de su cola; Celina quiere gritar pero le da miedo que al abrir su boca las culebras entren en su cuerpo. El hombre que viaja al frente no la puede ayudar porque Celina finge que no pasa nada; finalmente él ríe burlonamente, y Celina despierta. Se evidencia aquí la incapacidad de Celina de entablar relación con un hombre, pues siempre está la familia de por medio creando situaciones molestas.
Hay otro sueño en el que Celina busca un sanitario llevando un niño de la mano; al encontrarlo se da cuenta que dentro de la taza hay un conejo sangrante: “el sanitario tiene la tapa levantada y dentro hay un conejo despellejado, sangrante, muerto, ahogado”. Este sueño se puede relacionar con el anterior, en el hecho de que tanto el niño como el señor del tren la miran burlonamente; ambos personajes ilustran la frustración de Celina en lo sexual y en lo maternal: el hombre podría ser su posible compañero sexual, mientras que el niño sería el hijo que nunca tuvo. De otro lado, lo que Celina ve en el sanitario, esa masa sanguinolenta, puede equivaler al aborto del hijo, y que el sueño ha proyectado como su frustrado deseo de ser madre…

martes, 24 de noviembre de 2009

Amantes Callados

Sé muy bien que no te duele como a mí y me duele que no te duela. Me guardo el dolor de haberte perdido.
Duelen la distancia, la angustia, la soledad y tu ausencia. Hoy tengo necesidad de vos, hoy tengo deseo de vos, hoy no estás.
Estuviste sin estar, sin las ganas de hacerlo, pero a veces, te sentía cerca, casi adentro mío. Ahora te tengo en mis pensamientos y no puedo sacarte y quisiera arrancarte y quiero olvidarte y deseo odiarte…
Tus palabras me hacían bien, tu presencia era el remedio para mi angustia. Me enfermé de soledad, de tristeza, de desesperación, de desasosiego…
Siento todo y todo me duele, la nada me ahoga.
Nos faltaron palabras, fuimos dos amantes callados.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Presencia ausente


Desaparezco porque fui para vos un holograma, una figurita intercambiable y fácil de conseguir.
El camino está lleno de piedras que son esos momentos que creí nuestros. No me dejan caminar, no me dejan respirar.
Aunque no estás al lado mío, tu presencia me ahoga, esta presencia ficticia y esta distancia inmensa... Quisiera poder tener un beso tuyo, aunque sea el último, para guardarlo y tomarlo cuando lo necesite en el futuro.
Extraño abrazarte al dormirme, tocarte con mi mano izquierda al despertarme, darte un beso después de hacer el amor, acariciarte el pelo...
Es tan grande el extrañamiento que mi alma está destrozada y no le encuentra sentido a su existencia. Mis manos tiemblan sosteniendo tu recuerdo, agarrándolo fuerte porque la debilidad de la memoria lo desvanece de a poco. Mi pecho tiene miedo de que el corazón no quiera seguir latiendo y en mis oídos hay un constante ruido, agudo y grave al mismo tiempo, agudo como el desamor y grave como tu ausencia.
Tengo una caja donde guardo todos los "te amo" que no te dije por miedo. Mi cama está llena de vacíos y mi placard de preguntas sin respuesta.
En cada rincón de mi casa dejé un poco de todo lo que te esperé acompañado por la desesperanza y el sinsentido de esa espera. Y también llevo conmigo un poco de paciencia para seguir esperándote todos los días que quedan de mi vida...
¡Cuánto lugar estás ocupando sin estar!

domingo, 22 de noviembre de 2009

Si me quisieras terminaría de renunciar a mí por vos


Cada tanto estás con ella que no te hace preguntas y siempre esta dispuesta...


Yo iba cada tarde para verte pasar... Enamorada de vos, dejaba el corazón llorando por amor, por ese amor que me quita el sueño, la vida y la paz. Tu mirada ausente era dueña de mi mente... Y luego otra vez, despierta en la cama, tratando de olvidarte, abrazada a mi almohada, me muero por vos...

A la misma hora en el mismo lugar. En la misma cama y en la misma casa. Al final te escribí una carta de amor, con lo que hubiera querido decirte y no me atreví...

Y esa noche en silencio me fui de la vida, guardé en una maleta lo que me quedaba, y me fui despacio para no volver.

Me marché, con las pastillas, en la noche del domingo aquel... "Se va la payasa aquella que simuló reir muriéndose entre tus brazos".

Algo me pasa con vos... Y al fin te he perdido, y todo mi cuerpo, mi mente y sentidos preguntan por vos. . .

Intento dormirme y no lo consigo, y busco la forma, la excusa, el motivo para olvidarme de vos... Sufrimos estando juntos, lloramos estando lejos, prefiero antes de perderte, amarte y vivir sufriendo. . .

Siempre caigo y el pasado vuelve a estar sobre mí. . . Los errores que he llorado vuelvo a repetir. Tengo atrapado el corazón entre el instinto y la razón, entre el pensamiento y los sentimientos. El corazón me dice sí, y la razón me grita no, y yo en el medio del mismo tormento. . .

No tengo solución, no sé decir que no. Sé que me vas a herir y pongo el corazón. . . ¿ Dónde está el pasado que fue, aquella fuerza que sentía nacer en mí? ¿ Dónde está, dónde puedo encontrar esa caricia de otoño, aquel deseo de aventura, aquella vida que hoy no está?
¿Pimpinela?

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Lágrimas de ausencia


Hoy me levanté, te busqué a mi izquierda en la cama, no te encontré y me dolió. Soñé con vos y te lo quería decir.
Me preparé el desayuno con un nudo en el pecho. Era la tristeza de tu ausencia que me duele y a veces me ahoga.
Me vestí, guardé las cosas en la cartera y caminé hasta el colectivo pensando en vos.
Todo el viaje sentí cuánto te extraño, sentí todas las ganas que tengo de verte, de abrazarte, de besarte, de dormir con vos, de estar con vos...
Me bajé del colectivo y pensando en vos, caminé hasta el Hospital.
Al mediodía le agregué sal a la comida y me acordé de vos.
Te trajo a mi memoria pasar por lugares a los que fuimos juntos.

Le agregué azúcar al primer mate y te recordé.

Preferí las medias lunas de grasa a las de manteca y apareciste en mi cabeza de nuevo.

Elegí un chocolate blanco antes que uno negro y otra vez pensé en vos.

No sé por qué, estás MUY PRESENTE.
Tuve los ojos llorosos todo el día, lágrimas de ausencia.
Salí del Hospital con la misma angustia con la que entré. Llegué a mi casa y te sigo extrañando, por eso escribo.

Tengo guardadas las ganas de compartir la vida con vos. TE QUIERO.

martes, 10 de noviembre de 2009

Despedida en palabras...


Despedida...
Tu ausencia anunciaba el inevitable final. Tu silencio era el adiós que no me atrevía a aceptar porque quería que me lo dijeras sin titubear. Y dulce y tierno, te despediste, besándome diferente.
Y tus palabras fueron el final, tu final, nuestro final y mi final…
Y esos ojos celeste mar, que nunca más volveré a mirar; me decían con frialdad, no te quiero más.
Y esa casa, en la que muchas noches dormimos; lejana de mí se encontrará.
Y la arena, testigo de nuestra entrega total, se irá con los recuerdos de nuestra felicidad.
Y la luna, que nos acompañó tantas madrugadas de trabajo, se preguntará qué pasó; y, ¿cómo responderle que el amor se terminó?
Fue un sueño nada más, que nos hizo huir de la realidad, sin futuro, sin preguntas; disfrutando con intensidad los efímeros momentos, que fueron una falacia nada más.
Fue un sueño hermoso, y debía despertar, sabía que no había futuro ni mañana desde tiempo atrás.
Te amé y eso es verdad; y si no lo sentiste, seré fácil de olvidar…

domingo, 8 de noviembre de 2009

Ansiedades de Ausencia


Acababa de separarme de su lado y ya sabía que la privación de su presencia iba a ser un tormento.
Me acompañaba mi llanto desolado y sollozante, el dolor es desgarrador, nadie logrará en mucho tiempo curarme de él. La vida me dio a conocer sus pesares…
Me estremecía la certeza de que un abismo sin fondo se interponía entre mi alma y la de él, entre nuestros sentimientos y entre nuestras voluntades…
Yo quería calmar sus torturas con mis caricias, prefería llorar con él antes que reír con otros. Juzgaba aquello de una impertinencia que lastimaba mi dignidad porque veía venir de lejos esa hostilidad dañina, expresada al principio, en forma de ternura.
Mi carácter se presta mal a situaciones ambiguas, y por eso ahora estoy inmóvil, como sometida a un sueño profundo, pero no duermo, no pienso, sólo siento. Y recuerdo esos ojos celestes de mirada intensa, de tal intensidad que hacían pensar e iluminaban la vida. Esa mirada que mezclaba incertidumbre y esperanza.
Sobrellevo las ansiedades de su ausencia.
Enferma de tristeza sin confesarlo, el abatimiento me invade, torturándome con amarguras no manifestadas. Tristeza irremediable, permanente, eterna…

sábado, 7 de noviembre de 2009

Cuánto deseo...


Quisiera, ahora, amarte intensamente, besarte, abrazarte y en mi cuerpo contenerte, abrigarte y darte mi calor. ¡Cómo quisiera ser lo que querías que sea! Pero no lo soy. Mi dolor se apoderó de mí y gobierna...
Cuánto deseo ser aquella que imaginabas tener. Cuánto deseo verte a mi lado al amanecer, sintiendo la brisa entrar por la ventana perfumando nuestros rostros, nuestras manos…
¡Decime! ¿Cómo hago para que el amor regrese a mí? ¿Cómo cambio mi imperfecta forma de amar que me atormenta y no me deja vivir?
Tus silencios fueron diálogos musitados a mi alma buscando las más hermosas palabras para no herirme, y decirme adiós… Fuiste el gran amor…
No sé si fue un sueño... Te amé profundamente, con todos mis sentidos, sintiéndote en mis adentros, un sueño que fue tan real…
¡Qué tarde es para volver a soñar!
Te beso, pero no me beses…

viernes, 6 de noviembre de 2009

Tu sonrisa, que siempre me hacía tan bien, creo que hoy me duele...


Tratando de aprender lo inexplicable en el medio nosotros, más cerca del final que de querernos, desnudos en el medio del invierno sin saber nada del otro.

El futuro prometido es un pasado sin rencor y yo me quejo del pasado por vivir anestesiada,
y me quejo del presente que se esconde en el apuro, y me cago en el futuro porque allá espera la muerte, y me quejo de mi suerte malgastada por boluda, andá a saber si fue tu culpa o fue mi culpa...

Se acabaron las preguntas. Yo sin saber lo que vendías fui tu cliente. ¡Qué pena que nos hayamos conocido de esta manera! Mirá qué tarde están llegando las sirenas a nuestra humareda.

Todo se incendia, todo ya se quemó. Y vos seguís sonriendo en el cartel sin enterarte de todo este desastre.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Tu ausencia


Quizás te preguntes por qué te elegí a vos. O tal vez no.

Cómo me gustaría saber como eras vos en realidad.

Te recuerdo fuerte, valiente, decidido. Pero, ¿y si no eras así? No pienses que me sentiría defraudada, es sólo que tengo la pena de no saber cómo eras en realidad.

A veces no recuerdo ni cómo era tu cara, pero sí recuerdo tus gestos.

Tus manos, casi puedo sentirlas. Pero sólo casi. Y también tus ojos, porque los veo cada vez que me cruzo con un espejo.

Yo no soy nada decidida, dudo hasta de si respiro. Para según qué cosas no hay quien me pare. Otras, en cambio, las dejo pasar. O más bien, paso. Perdoname si a veces mi lenguaje no es el más adecuado. Consecuencias de vivir con tanta tristeza por tu ausencia.